“MISTERIO,
LA DESAPARICIÓN INEXPLICABLE¨”
Existen diversas historias sobre sucesos inexplicables acontecidos en la
bella Ciudad de Puebla de los Ángeles, dentro de esos sucesos les contaré
el que me ocurrió junto con mis compañeros años atrás.
Todo empezó aquel día que he
considerado uno de los más trascendentes de mi vida, no recuerdo con exactitud
la fecha exacta pero mi mente aguarda un
vago recuerdo de lo que sucedió varios días antes de comenzar las festividades
de los fieles difuntos.
Una semana antes de aquel
suceso extraño la maestra de Historia del Arte comentó sobre la visita que
haríamos a las Iglesias ubicadas en el Centro Histórico. Durante el trascurso
de la semana mis compañeros y yo
estábamos entusiasmados de
visitar aquellos lugares que más que para tener un poco mas de cultura seria
para conocer nos y convivir. Un día antes de la visita durante la clase de Química
observé a Fernando nervioso y pálido, me
acerque a él y le pregunte sobre su
situación que tenía en ese instante, me respondió: “Ayer cuando estaba
realizando mi tarea me dio la curiosidad de investigar acerca de los lugares
que visitaríamos, comencé a leer los artículos que tenían las páginas web y
encontré uno que se me hizo extraño por el título que contenía este era el siguiente “Verdades ocultas sobre
la Catedral”, comencé a leer y a empaparme de toda la información que relataba
sobre un lugar oculto del que nadie aparentaba saber y solo una persona conocía
con exactitud su ubicación y ese era el mismo autor de la obra Francisco
Becerra, arquitecto Español que se hizo cargo de la construcción del proyecto
Después de leer todo esto
mis pensamientos se llenaron de ideas absurdas que al cabo de un rato empezaron
atormentarme en mis más profundos sueños, por eso es que me ves de esta forma.”
Rápidamente me aleje de él
sin decirle ninguna palabra, quede helado por un instante y no pensé en otra
cosa más que en las palabra que me dijo. En el resto del día imaginé cosas relacionadas con el relato,
pero me dije ¿Por qué debo estar
nervioso si solo es una tontería?, solamente de esa forma pude escapar por un
rato de esa sensación incontrolable llena de angustias y temores.
Al día siguiente en la clase
de Lectura y Redacción que me parecía sorprendente
y a veces indetestable, note algo extrañó, había una banca deshabitada que
correspondía a Fernando, me acerqué con Adonai
para preguntarle por qué no había asistido a clases, dijo que no tenía la menor
idea, pero de pronto se acordó algo que lo
impacto, lo sé porque aun recuerdo la expresión
en su rostro que era frío y desapercibido. Se acordó que en la tarde de ayer
había recibido una llamada, era el mismo Fernando que se oía con una voz débil, agotada,
agónica en la cual la emitió un mensaje de despedida para Adonai, este
reaccionó en un tono de burla, cínico ya que no creía en las palabras del casi
muerto. En este instante se cortó la llamada, Adonai se quedo con la idea de
que era una broma de las tantas del buen Fer. Al escuchar estas palabras me
quedé pesando si era cierto o solo era una tonta broma, no lo tomé en cuenta
para ser sincero con ustedes.
Cuando el timbre tocó, sabía
que la espera había terminado, junto con mis compañeros salí a cambiarme de
ropa más “adecuada” para hacer la visita. Al entrar al salón de nuevo la
maestra de Lectura y Redacción preguntó dónde íbamos a ir, de inmediato le
respondimos que nos esperaba una visita
al Centro Histórico, con una cara de sorpresa nos dijo que por qué escogimos
aquel día, contestándole que la maestra nos asignó el día. Respondió que estaba
leyendo un libro que se titulaba “Misterios en la Ciudad de los Ángeles” que
relataba que en el mes de Octubre del año de 1850, 5 niños desaparecieron en
las calles del Centro Histórico, nadie volvió a saber de ellos, por ese motivo
la maestra no quería que fuéramos a la
visita.
En mi mente pasaron
cualquier tipo de ideas que para otros serían absurdas pero que para mí cada
vez parecía más real. Recordé que una semana antes de aquel día revise el periódico
por curiosidad, al estar leyendo observé con atención un encabezado que citaba
“Muertos a la mitad de la noche” dentro de este encabezado se decía que en la calle
aledaña al zócalo se había encontrado los cadáveres de 6 jóvenes en
descomposición y que no había rastro del creador de este acto imprudente.
Cuando recodé este suceso de
inmediato se lo comenté a mis compañeros, los cuales me respondieron que era
una estupidez junto con lo dicho por la maestra.
Quince minutos después, la
maestra de arte nos llevó a su auto para guardar nuestras cosas, en mi mochila
no me percate que olvidaba una libreta en la cual estaban apuntados todos los
pensamientos que tuve los últimas semanas incluidos los que se relatan en esta
historia.
Nos dirigimos a la parada del
camión que pasó rápidamente puesto que tuvimos que correr para alcanzarlo, al
subir decidí sentarme solo sin compañía, quería pensar acerca de la veracidad de
tales coincidencias que parecían llegar a un punto de realidad. Observaba a mis
compañeros como se divertían, como reían, como se transformaban por un momento
en el más famoso fotógrafo de todos los tiempos aunque no fuera reconocido por
nadie. Miguel escuchaba música al igual que Isel, se apartaban de la sociedad
por un momento, la maestra iba platicando con Omar sobre la belleza cultural
que posee México, todos estaban disfrutando como nunca, pero yo estaba dentro
de un agujero de sufrimiento que no me dejaba vivir en paz.
Al bajar del camión,
empezamos a caminar en dirección a la Avenida Reforma, antes de cruzar la 11
Pte. la profesora dijo que era más conveniente organizarnos por equipos, así
entregaríamos una tarea sobre los lugares visitados.
Comenzamos a caminar sobre
la Avenida, todos tomábamos fotos de las maravillas arquitectónicas, al llegar
a la esquina de la calle 5 de Mayo y Reforma, le comenté a Miguel sobre el
puesto de revistas que estaba, le mencioné que en tal lugar acostumbraba a
comprar revistas sobre videojuegos e historias terroríficas, junto con la
compañía de mi madre.
Continuamos la visita y nos
dirigimos a la Iglesia de Santo Domingo, antes de entrar la maestra nos
aconsejó que tomáramos nota sobre los aspectos más importantes de aquella
construcción. Al entrar, por primera vez en mi vida, observé con atención una
exposición que estaba presente a lo largo del atrio de esta Iglesia. En la
fachada se observaba una gran ventana por la que los rayos del sol penetraban
para alumbrar todo el coro situado en la parte superior. Debajo de este había
una imagen de Santo Domingo en un relieve plano acompañado de dos perros con
antorchas que simbolizan la fe y la luz guiando el rebaño por el buen camino. A
esta fachada le tome una foto que aún conservo junto con otras imágenes.
Al entrar encontramos
variedad de pinturas, esculturas religiosas y capillas que conducían hacia un
altar enorme lleno del color deslumbrante del oro, el cual cubría todo el altar
resaltándola bellas escultura de orden religioso. A la izquierda de este se
encontraba la Capilla del Rosario, cuando Isel se acercaba para poder entrar,
de la nada salió un hombre que le dijo que no podía pasar, tal hombre de
aspecto rudo y despistado nos mencionó la Capilla estaba en arreglos desde hace
días.
No tuvimos otra opción que
abandonar aquel recinto, me percate que la hora marcaba las 4:00 pm, con más
hambre que ganas de seguir caminando, tuvimos que dirigirnos a la calle comúnmente
conocida como “La calle de los dulces”, algunos de mis compañeros se dirigieron
a la dulcería de Santa Clara, al mismo tiempo Miguel me comentó que estaba
sediento por la trayectoria del camino, entonces le avisamos a la profesora que
íbamos a la tienda, al regresar encontramos a la maestra junto con Omar, Isel y
Fernanda, les pregunté dónde estaba el resto, Fernanda me contestó que aún
estaban comprando algunas cosas. A lo lejos, enfrente de la tienda me pareció
ver algo extraño parecía observar pequeñas gotas de sangre, no lo comenté a
nadie, pensé que solo era un juego falso de mi trastornada mente. En esos
instantes decidimos que era conveniente que nos alcanzaran en el interior de la
Catedral en la que observamos las partes que conformaban este recinto sagrado,
las cuales se quedaron grabadas en mi mente como la palma de mi mano, estas
eran Altar Mayor, Capilla Santiago Apóstol, Altar de los Reyes, Capilla del
Sagrado Corazón de Jesús y el coro que me pareció tétrico, lleno de misterios
indesconocibles aún en estos tiempos. Cuando estábamos cerca de este recordé
las palabras de Fernando sobre la existencia de la zona oculta en la Catedral
que todos desconocían, pensé en investigar aquellas ideas, pero mi mente me
contradijo y entonces comprendí que solo era parte de algo estúpido.
Cuando salimos de aquel
lugar sagrado la maestra estaba preocupada por la ausencia de mis compañeros,
lo observé en su rostro, se veía pálida, temblorosa, sin ubicación, sin nada que realizar. Le comentamos que si
mejor nos organizábamos en dos grupos para encontrarlos, no dijo nada solo
movió su cabeza argumentando que sí, de inmediato comenzamos a buscarlos con
desesperación, cada minuto que transcurría se hacía más grande la desesperación por encontrarlos,
ya eran las 8:00 pm y aún no sabíamos su ubicación, las calles se tornaban cada
vez más solas, oscuras y peligrosas. Con tal desesperación decidimos regresar
al lugar de la extraña desaparición, todo estaba cerrado, con poca circulación
de vehículos, enfrente de la dulcería hallamos manchas de sangre que aún
estaban frescas, creímos que era una extraña coincidencia ya que no podía estar
ocurriendo un caso de homicidio como pasa en las películas o novelas
policiacas. Decidimos nuevamente separarnos para realizar la búsqueda, me
acompañaba Miguel con la maestra, quedamos volver al mismo punto. Dando las
10:00 pm comenzamos la búsqueda, hicimos recorridos por todas las calles
alrededor, una y otra vez, pero no hallamos ni una miserable pista que nos
llevara a la ubicación de mis compañeros.
Agotados y con una
desesperación que quería brotar de nuestros cuerpos, regresamos al punto de
inicio. Al llegar no se encontraba nadie del otro grupo, me acerque a la
maestra y le comenté que era necesario llamar a la policía para que viniera a
investigar, caminé hacia un teléfono ubicado en la siguiente calle, levanté la
bocina y comencé a marcar pero nadie respondía la línea parecía ocupada,
intenté llamar de nuevo pero volteé hacia donde estaba Miguel junto con la
maestra y no los vi, solo pude observar
el vacío de la calle pero no lo creí, en ese instante solté la bocina y
corrí hacia a la calle anterior, mire a
todas partes una y otra vez pero no hallaba nada. En la bocina una voz
respondió diciendo ¿en qué le puedo ayudar?, al oírla salí corriendo hacia el
teléfono, pero al tratar de cruzar la calle, no me percate del auto que
atravesaba y alcanzó a atropellarme.
Varios días después en el
hospital, la policía llego para aclarar la desaparición de mis compañeros junto con la maestra, le
respondí que durante el trayecto fueron desapareciendo, la policía me respondió
que no habían encontrado a mis compañeros ni a la maestra, al instante le
mencione sobre la ausencia de Fernando en la visita, los observé que
murmuraban, alcance a oír una parte de lo que decían: “¿Sería conveniente
decírselo en este instante, así como se encuentra? ¿Crees que le afecte?”
No aguante un instante más,
les pedí que me dijeran la verdad, me contestaron:”Tendrás que ser fuerte hijo,
un día después de la desaparición de tus compañeros, recibimos una llamada en
la que habían reportado el extravió de un chico, acudimos a la dirección y desafortunadamente
era Fernando tú amigo”. Segundos después de oír estas palabras, mi mente no
soportó más y me alteré, los doctores tuvieron que administrarme una alta
cantidad de analgésicos para tranquilizarme.
Dos días después mis padres
me llevaron de vuelta a la casa, recuerdo que no tenía ganas de hacer nada, lo
único que quería estar solo.
Con el paso del tiempo nunca
pude comprender cómo pudo pasar semejante atrocidad, sabía que ya no era el
mismo, aún cuando escribí este relato, no sabía como había ocurrido, solo sé
que fui afortunado de seguir con vida por tal motivo decidí escribir esta
historia como un recuerdo hacia mis compañeros y a la maestra.
Sé que existen historias
inexplicables pero ninguna se compara con lo que me sucedió aquel día al que lo
llamo “Misterio, la desaparición inexplicable”